10 nov 2019

Masticaduras


La inanición y la deshidratación son causas de una muerte lenta, pausada por una sola cosa, el alma que se quema y no se puede sanar. La gente desaparece por fantasmagorías y es por eso que primero se siente en los labios resquebrajados, “boquitas despintadas”, después duele en el paladar freudiano; la glotis ya no campanea y pide a gritos que alguien vaya a lavarse la boca con agua salada. Pero claro, en la boca lloran los pungas y los rudos se vienen a hacer de las suyas con medicinas de otro occidente al oriente. Otra, es ir a atenderse a la guardia del hospital, pero ahí la gente espera día y noche, noche y día. Las personas que aspiran a personajes tienen órdenes estrictas para no morir. Es un certificado que excede a toda humanidad y a todos los juramentos de los galenos. No es agradable, ni desagradable, se hace y punto. A veces se brinda con la espuma mística del mar y otras con bruma de otros cantares de la gesta que alguien parió. Para mandar a la puta, y la puta baila con el ángel que le rinde cuentas al gigante que se va, una vez más. Todavía no entienden que en mil años de vida, hacemos la momia. Quizás sea tiempo de morir por ahora…