8 dic 2021

Doña María

Añoranza de su perdida afición al rock de Polifemo; leímos a Góngora mejor que el mismísimo y reverendo puto. El nombre nos hizo trotar hasta plegar las alas acapulladas del gusano futurista, y de a poquito a poco crisalió, desplegándose, resultó ser que Lacan era un mal tipo; aparentemente vivía del aire, en el aire, sin aires, metamorfoseándose de esas “mierdades mugrenteras” a “histeriqueadas hímnicas” más es por eso que amaestramos a los pobres lectores de esta cátedra magistral. Para aquellos que quieren aprender a ser profesionales sin jugar a dársela de certificaditos, si al final, están cargados. “Ad honorem” como hace apenas más de una década, pero algo es algo. No todos tienen guardado tanto rencor, por nada. Si al fin de cuentas, todo se reduce a ese poco, que se asoma ante la mirada profunda de un Dios magnífico, voyeur absoluto, de todos sus detalles minúsculos y nimios corpúsculos que ama sin pirobar. La madre se atoró de goce y así encadenaron a Prometeo en un patíbulo síglico, se quejaban porque no era psiquiatra infantil, en su mente no había que darle a Klein, ni seso, ni sexo, ni es eso, mala leche. Encima la cocaína no sirve, furibunda. Sobrevaluada, no asusta. “Yo a esta la respeto”. A lavarse bien, la gente que toma poco, no nos da más que problemas.Así que todavía no se avivaron que estaba dándose dique solo. Podrían pudrir poderosamente putas pelotudas, las futuras Marías maculadas. Si es difícil, claro. Verdadero exponente de un género imposible de leer. Ahora se la devoran pero por el pertuso, ordinarios en su mayoría lo son todos. Deberían darse a la entrega total donde se rinden ante el omnipotente prosternándose agachando la cabeza ante la santísima imagen. Debe existir, de hecho supongo que hay algunos que quieren ser parte de la historia, pero no viven farmacéuticamente, sino se hacen parte de la religión, se arreglan con el Señor. ¡Dios! Y se aprietan, ajustan, andan. Todo eso, más todo aquello… Ahí hacen sigma, sumatoria de una séptima concurrencia.

[Entra persignándose la madre de Nahuél con el Cristo en la boca]

Ella: Necesito que a él, se lo trate como a todos.

Él: Doña, acá a todos son iguales mientras tengan himen.

Ella hizo mutis por el foro y desdeñó, se fue sin hacer reverencias, porque ella no se arrodillaba ante nadie..

Doña María en lo más profundo de su alma sabía que no era virgen por ser muy casquivana..

11 nov 2021

Teatrito

Histrionismo histérico, comorbilidad con los esquizoides y lejos de lo borderline; los trastornos afectivos, la poesía anoréxica de la bulímica compulsiva del arte, "no se atienden menores". Las psicosis andan eslabonando, pero los neuróticos exigen que no haya una posibilidad desencadenante. No son estados de ánimo, porque el seguimiento es para algunos privilegiados que tienen sus diagnósticos bien hechos y muy buena adhesión al tratamiento psicoanalítico. La taxonomía va a trasmutar; mandar a mudar el modo; la clínica no puede perpetuar constantemente la misma letra que hace a la palabra plena. Cambiar teoría para mejorar los fenómenos transferenciales es una maniobra arriesgada, pura técnica, el dispositivo está dispuesto para los enfermos. Hay consultorio y laboratorio también. La salud es restaurativa.

El Poder Judicial Nacional se hace invisible, ante los ojos de los que ven. ¿No ve? ¿No? No puedo creer que eso de laburar se hace en silencio. Observar, la ciencia metódica pisa fuerte, la pelotuda que no guiña el ojo, y mientras tanto sigo matando microbios para no morir plagado de bichos, bichoco como cuando Nahuél se embarró las zapatillas; alguien embadurnó la vara.

 

[Entra la madre del chico]

Vení para acá, acercate así te la puedo pegar.

¿Qué te hicieron hijo mío?

¿Te discriminaron por pobretón?


Dijo: "Aquellos seres que te repugnantean, no valen ni la mitad de lo que tu difunto padre".

 

[Ella suspiró después de dar la palabra]

 

(Él ya no pudo decir la verdad).

31 oct 2021

36 anteojos

 

Supe ser ascendente en tanto que Borges y Stilman, un pobre traductor, que tuvo un velero, o peor, era de Colonia, R.O.U, en sus ediciones de la Flor, hablaba de Lewis Carroll, el Padre Dodgson, y decía que el Otro era ciego por operatorias kodakmáticas, encandilado por el oro de los tigres y siempre hubo tigres de oro abarrotado por ese puto zoomorfismo centralista. Y si… un guanaco le escupió la cara al niño lindo, bueno, ya casi era un hombre, es la cosa en sí. “Das ding”, lo que deja en orsai al "For-da" . Sigue el encierro, porque hay un llanto que abre el corazón acorazado. Quizás el animal hace lo que hace porque está encerrado, no es su naturaleza, etc. El fervor de Buenos Aires fue la Luna de enfrente, bajo la cual comulgué pensando en esto o a aquello. En los más crueles amaneceres del Río de La Plata, amé mucho proporcionalmente a los maltratos que propiné por ser un poquito más ducho, más vivo, menos pensante. Así pasaron los baños, las internaciones, las roturas, pero la locura no pasó por kilométrica, el gramo, atestó, atoró, se hizo carne, y el polvo se hizo mierda. Cada día, salía a ganar, ganaba pero perdía horas eternas que excedían a las horas que daban las manecillas. Sobredosis de droga y de amor. Las hubo, en viajes que no solo fueron de ida y vuelta. Apareció. Mientras nadie sabía nada de mí, vivía. ¿Vive? Esa era la pregunta y ¿Con quién? Menos ¿Cómo? Pasaron los años y me transformé en un psicoanalista psicótico, del carajo, capaz de estudiar para saber y después me di a la bebida para no saber tanto. No quise saber más, tampoco tenía la cantidad de dinero suficiente para que el mecenazgo de María me condene a pensar en sus tetas. Volví a destetarme, solté la mamadera y la fórmula de la leche en polvo se fue en una tabla periódica. La muerte no respeta al dinero, aunque puede hacer lo que quiera con ella.

Yo no soy humilde.

Ya no soy  rico.

¿Cómo hice?

Conocí la pobreza.

A partir de eso, aprendí:

Hambre.

Frío.

Sed.

Y las ganas de cagar se las dejo a los que piensan que las necesidades básicas de una persona normal que leyó obras completas son al pedo. Mueran sin razón, no se dirijan a Dios, a ese que no les va a dar pelota en sus delirios místicos, sean racionales, si es, lo sabe. Todo. Absolutamente. No cuenta los centavos sino los actos. Por eso, vamos derechito al averno. Somos buenos exclamábamos a la hora de morir, pero no todo el tiempo. Las puertas del cielo están clausuradas para los nabos. O, sea que, al Señor que nos esclaviza le importa poco y nada que tengamos suerte en los dados. El juega a eso, a papar moscas. Es el capo. No me extiendo porque no tomé anfetaminas ni cocaína para ser un santo. La atomoxetina y la terapia, nos dejaron abriendo grajeas por triste y pelotudo que parezca, es lógico. A mí nunca me calentó la cuchara, el sexo fue un acto de los momentos felices que ejercitamos para tener un regimiento. Artillería pesada. Antes eso que era amor, ya no existe. Lo juro por Dios. Sentirlo no es todo, es más que nada y para colmo, “todo pa”, significa: “todo lo que te digo siempre”. ¡Dejame en paz! Antes jugaba con algunos barones, que no tuvieron la polenta para hacer un pacto suicida. Los pajeritos que hicieron que todavía sea la cosa que soy, un ser infinitamente imperfecto. Se iban de 15 a Disney, 30 a Holanda, siempre a Suiza y a mí me tocó un poco de Italia. No les guardo rencor, porque soy noble, y además, sé que todo es efímero, como este destello, el rapto de las hijas de Leucipo. Sin entrar en detalles, esto no es nada más que una confesión triste y pura de aquello de lo que está hecha mi tristetonguería y de yapa mi infelicidad. Llegará el día de superar a los rudos maestros de mi milonga tarada. Por eso, así pido mi primer regalo, la vida eterna. Eso, no más. “Clínicoticar” es transacción transexional del rock, para los que tienen el poder de tocar. Quienes no tocan, no tiene que ver con el zodiaco, ni la paja, el almiar mental, acá anda por ahí la banda de los lunes. Hacemos hinchada de pelotas sin inflador. Me gusta romper el alma de las personas que me piden un palo verde para pegar, “alcánzame ese palo”, porque a la pregunta fuerte entre la lucha y el conflicto, ¿Vos podés a la perra? La contestación más compleja de Casimiro es: “Si, la puedo”. Después no tienen un proceder correcto pero las circunstancias son atenuantes. Si no mata, muere. Y empieza como un juego, o como una joda; después empieza a pudrirse la momia y cagamos la fruta porque la gente está hecha de maravillosidades, nimiedades, “naderías” borgeanas. Y a lavarse bien el orto por los artistas que tratan de dar impresiones a la gente del rubro que está atendiendo a lo loco no son impresionistas, ni tampoco viven en una galería. Nadie tiene gracia, porque cuando uno anda apoya un pie el otro, cimbra, cada dos por tres erradicamos. Verona, es un mapa del amor que alguna vez experimenté lejos de París, pero la verdad es que Roma fue como Milán, Flores no es Venecia, Bérgamo no es Capri, y así sucesivamente, este fenómeno lingüístico debe ser una figura retórica. Y ahí uno piensa, como hicieron para ser tan ricos, pensando tan poco. Los hombres son hermosos y las mujeres un tanto menos. Por esos detalles, declararse feo no es un crimen brutal. Los tanos, son romanos, patriarcas, digan lo que digan, a propósito de Julio César, Alejandro Magno, Calígula, no. Eran menos putos que los griegos. Por eso, atino a arribar semejantes verdades visibles ante la cosa en si. Hay un mostrador que no es exhibicionista, anda dando vueltas, por apuntalar el conde empalador aprieta con el miembro de la barra un poco duro, pero si le dan un roce de tocar algo más que la cuerda, habrá que aplicarle un poco el orgásmico mundo. No hay un regalo que penetre cuando estás en la pose.

Sobre el acto magnánimo y magnífico de los magnates.

Esa cuestión de dar en este espacio se dio. Regalar las palabras, ¿A quién?

Esa temática de ceder en este escenario se dio. Regalar las cosas ¿A quién?

Esa estupidez de hacer en este jardín se dio. Regalar una mortalidad ¿A quién?

Esa pesadumbre de estar en este poema, se dio Regalar, implica ceder. ¿A quién?

El panegírico le costó la eternidad para sacarlo; buscó en el lexicón de esa red semántica; entre el entretejido de los filamentos carmesí, hilvanando algunas neuronas. Aquellas pocas que le quedaron en ese cerebro quemado viejo. Algunos esperan ver los ojos del Buda, otros están bajo la mirada de Freud; el poeta psicótico se fijó en uno cerúleo “alilado”. La heterocromía de una mujer lo fascinó, pero no se enamoró, quedó fijo mijo. Si a la nami le faltaba melanina le sobraba todo lo demás. Superando la expectativa de vida pasaba los años por los baños, la vista se le gastaba y el amor andaba por ahí, pero su ceguera era tal que le pasaba por el costado y ni cuenta. La señora del Señor diría: “Le entra por una…”, “Ni mella”, le resfala. Da igual. Aparecer es una cosa que se da así, locus coerulleus, no es tocar pito pintar de azabache esos baches. No ve que no escucha como la cacofonía retumba. Entró a dar todo, pegó fuerte, y no tocó nada. Don Juan recuerda que un guerrero no detiene jamás su marcha. Esa forma de andar “tensegra” para Genaro no es la sombra del aliado, porque los kinesiólogos locos, no pueden apelmazar el alfajor de la cervicalgia. C1, peores que los masajistas, entran en categoría fisiatra para reeducación postural. Después de todo, peores que ninguna, los psicomotricistas existen. “Chúpenme un huevo”. No valen ni medio, como para hacer una resonancia andá a correr por los gastos vos. ¡Horrible! Así se fue el amor en el día de todos los muertos, se encogieron de hombros los hombres que no eran tales ante la ley. “Sobaculisticos sucubateaban” pudre onda, tabaquista, alcoholista, todo crónico. Así es que fue la pequeñez de un grande. Nunca leía, pero era muy leído. ¿Leer letras? La bestia devoradora de las palabras, próxima, soy yo porque he visto gente grande, es decir, gigantes, escribir enormidades, mas no decir tanto loco, a puchitos boludo. ¡Andá a lavate el ojete! El despertar del fauno. Unamuno derrocha la baba.A vela en pedo, “Mamua”. Gullivert se juntó con Pantagruél a comer paté Swift. Crueldades crédulos calidoscópicos. Algo que tiene que ver con los chicos.

(Entra en la escena la madre de Nahuél)

“Palabra suprema de pollo”

Deme 5 kg. de alitas

Fio. Feo. Fue.

Señora, tengo que pagarle a la granja avícola.

Dame un maple también (Con todo su desdén)

[Ella al fiambrero le habla así]

Hizo de la alucinación una práctica lenguajera. Lingüistérica.


12 mar 2021

A la puta

Sospecho, en resumidas cuentas que uno vale mucho más cuando la factura es más grande, no es más gorda la mayor categoría, debería hablar con el contador público que uno tiene para tomar negroni o aperol, capacitados todos para hacer oscuridades, trascartones los facultados, sino...

Pensaba que el monotributo social era para los pobres y las categorías para darse dique. Lo cuantioso, el caudal de monedas en cascada cascabeleras cataráticas, en los jueguitos, y el pobre para hacerse un par de fichines campaneaba y cuando era oportuno pateaba la máquina. Venía el encargado y…

Más vale la monedita por el metal, tuvimos el centavo, las pentagonales, las del Diego. Un envase, un litro, un peso, pero claro…cincuenta centavos de dólar se compra, y los bidones se dan por menos de cien...

O sea…

Calculá que los chinos son todos la misma mierda, pero nada se compara con el método de enseñanza nipón para las matemáticas. Aprendé a sumar, restar, multiplicar y dividir…

11 mar 2021

Mazzone

Respecto a la metáfora y la metonimia de los tangos poéticos de aquellas líneas malversadas a chorro, el furcio enfatizó la infracción de la figura impresionante; delata el lapsus, es parte de la psicopatología de la vida cotidiana. Freud se aferró a eso para no torcerse sin aflojar, después la forma, sin estructura, no hubo nada. De ahí en adelante, se trastornó. De antemano la nosología del psicoanalista era otra, aparte, no solo no era funcional, pivoteaba, velaba, se escurría, tenía cintura, por eso no movió la estaca de los gitanos, obturando orígenes. Cuerpo de Cristo. Amen. Uno anda por Honduras, para ver como la casa de Carriego derruida se deshace en cultura y los libros se llenan de piojillos filántropos, bibliotecarios muertos, poetas suicidas, por eso uno no da ni las gracias cuando Palermo, el barrio de Borges, no es sino otra cosa que un trago amargo en honor a una cervecería como la de Bieckert. Se sufre mucho por nada, y sin embargo es todo para algunos que dan vueltas a la cosa, sin hablar. El contorno del agujero está basado en un dios que hace trampas en el mus. Salir a comer afuera no solo es un privilegio, sino un arte del fuego. Se nace porque se hace, la vida replica la muerte. Hablando del pucherito rico, la cuenta no se pide, viene cobrarse, la propina no se calcula estimando, se da sin escatiar y los sueños imposibilitados de un barón; por eso hay que saber sobre el robo de una voluntad; la “asintomatología” y el llanto histérico no tiene caso y para peor, no hace caso, que no es gracioso sino violento el cachetazo, pero hay un castigo anticipado para el carácter absolutamente voluptuoso, inviolable la frontera y sinvergüenza. A tirar reyes se ha dicho, que los ladrones desenmascarados digan de donde dar de aquella baraja, son un clan clonado o una gran familia que tiene sus desmembrados explicantes teólogos, porque nicomaquearon el destino, movieron el suelo y la locura se embotelló. Sino el juez irreverente, malparido, martilla, manda. La joya de la mujer es la comida; parte de un fetiche insaciable del dinero que lo guarda bien adentro de la cocina. El afano debe provenir del afán, o del alma fun, de hecho existió un comic , existió: “afanancio”. Rómulo le dio permiso al arribista caminero, no fue algo inglaterraqueo. Nunca supimos quien escribió Robin Hood. Esa colaboración anglosajona nos hace preferir ser más tanos que alemanes. Alquitrán y plumas, marca el valor del castigo por el crimen miserablemente afrancesado. El agua no se mastica y el vidrio no se come, pero los rusos son capaces. Contrabandean caballeros mafiosos, del hampa la trampa, fraudianos. Le dejaremos una verdad concatenada al quitante, sustractivo, restador, chupóptero, infinitamente adjetivado.

6 mar 2021

Breguet

Horas de hacer relojería suiza, para parar las: “manecillas, masillas, mancilladas”, esta gente le da cuerda aristotelicamente a lo macedonio tipo tordo anestesiado, afilador geométrico, nunca queda romo; pide tres colores de yeso, distintos tiempos de fraguado; busca, extraña, deja, vuelve, persigue, se agacha, recuerda chequear su alma con chaquetilla porque la figura más rara no marca la aguja que gira alrededor del círculo odontológico y del colegio de los psicólogos; nucleados allá por San Juan y primera junta, la vida transcurre; esta hora entrerriana es siestera para el cuco, que anduvo pastoreando el conejo cuando tuvo que dar vizcacha; sin embargo hubo un tiempo en el que el precipicio acompasillo; la blanca bien justa descansó una al lado de la otra y el culo del óvalo por esas circunvalaciones contorneadas, anda la negra con puntillo, toca el límite, granuja engranado, un silencio de redonda. Entonces, contemplaron el suicidio truculento. Leopoldo Marechál con tan poca repercusión en el lenguaje. Y a mi me gusta cuando las personas, preciosas, se desentienden por la esbornia humanoide en el biorsi; atienden, y se pelean con locura como seres. El letrista del tango no dice nada, pero por ahí le da en la tónica, dominante, persiste, canta casi una octava. Afinando la voz con la bigornia, que de queda con un poco de caña y un paquete de puchos haciendo pilcha como la nona. La locura sobreseída de una momia tersa aunque rígida, de luto. Mutismo selectivo, cosas de la nona, arremangada y los huevos por la botamanga, sin suspensores. Una vieja desportillada con frío me dijo un día: Dr. ¿No me da un vacito de agua? sentí cosquillas en el alma. Un chiste por una carcajada: Tome y daca, leche de caca. (Lo dijo un psicoanalista judío). 

7 feb 2021

Conducta

Para tilingo estoy yo y por ahí los bipolares se agolparon como queriendo salir de la gatera a cuerpear, unos picos de manía altísima incontrolable, para los pingazos pichicata. Piré porque se me cantó y se le re chifló el orto. No bastaba con regentear putas, la domeñada, remanida, por ahí se me escapa uno de esos, tengo que buscar los, a los fugitivos, vestime, devolveme ya la ropa. Hay siempre un tlin, la verba se torna inversa. Sigo así, vai piu amanti, adentro chilló un gato, y los poderes ante una solicitada, no nos dimos cuenta que a la postre la balanza, no favorecía, es inclinación, todo pal culo, hace tanto que no leo, no tengo tanto porqué, la atomoxetina de Lizeth, las locuras de Georgette ¿Qué te pasa conmigo? Soy así. Repugnante. No se lo que es la cocina. Encima, ezima, las personas existen. Se trata de la gente, y no es más que eso, pobres gentes. El eterno retorno a Dostoievski. Lo cosa es así, la infinita cara de rata malformada, la pesadilla del sueño de un pobre rico, era un asno sin zanahoria, entonces, sufrió mucho, cada tanto o de tanto en tango, ama. Saludos a todos los perfilados sustituidos y es para hacer polígonos y Willis, la fórmula del flemón de Ludwing, de tiro, o a tiritos. No se puede portar sin ciencia, de hecho ese Dios es un tipo que trabaja para los otros. Habrá un seguimiento que no ruede la bola, manicómico me puse, sin voz y a correr porque a mí se me dio por darle algo a alguien que no era nadie. Empeora, por eso, todavía estoy yo haciendo la mixtura, sin chaquetilla; ajustar la medicación es como uno de fuerza pero químico, ambo. Entonces, otra vez. El a mi háblame bien porque sino te parto el alma. Se espeta una voz pidiendo que dice, imperativa y categórica, a gritos: ¡Págueme! Es más antiguo que mear contra la pared y ya cállese, se es o se hace. La pavota, todavía depende una ilusión, y se va en auto particular, al Hospital Alemán.

1 ene 2021

Oxímoron

En un periodo en el que se sabe que tiene muchos contagios, filias al tapabocas y fobias al esputo espermático exudado; ideas de contaminación también-tal, delirantes, teleconferencias que despliegan los obcecados de un mundo arjo que gira alrededor de unos pocos lunáticos alcoholizados; con tendencias a historizar la locura del pandemónium aun sin saber cuál o qué es la panacea. Hombres y mujeres que no-nos-re-pro-pulsionan a pulso firme, sin pitar; con mano dura, sin saber la verdad de esta enfermedad, que en un principio se pensó extraña a todos, la cual no fue consecuentemente clarificada por estos profesionales de la salud, aquellos politólogos y economistas. Diatriba para filósofos, antropólogos y sociólogos. Un sujetado llegó a un lugar donde nadie podía ir ni por cielo, ni por agua, mucho menos por tierra. Anillado al margen. Si se le caían las joyas, se las dejaba a las argollas; de esos que nadie puede decir que son pacientes, ni parientes; tampoco que trabajan o dan trabajo, aquellos seres que no tienen temor a desequilibrar la balanza de la injusticia. Ellos, los que no tienen salud, dinero, ni amor. De momento se detiene a pensar apropósito de las malas decisiones que sentencia basándose en esas buenas intenciones de los otros; todo sale en dirección opuesta cuando debiera ser todo lo contrario, en sentido inverso, entonces opta por no elegir ni lo uno ni lo otro, deja que el azar fuera por su hado, que el destino sea la voluntad de un Dios ajeno a todo lo consciente. Si iba o venía, del cielo al infierno o viceversa, lo mismo le daba. Quiso hacer algo distinto, pero no era ni mejor ni peor, el hecho de hacer algo, ya era poco o nada. Se pasó de pesado, un peso muerto para un dólar vivo, cabeza gacha con el culo al norte. Sin más remedio que empinar la botella, cada vez más histérica la crotta diogenética, aún sin saber quién se dio dique para jactarse de socrático piscuí. Culto es un calificativo obsoleto que pifia, un retorno al ostracismo y váyanse todos a la concha de su re putísima madre que los re mil re-contra-re-que-te-mil-veces-re-parió. Sigue así, todo igual. Harto de metonimias, buscó la metáfora en un soliloquio pensando en ese epitafio romano: 

“Lo que fui, eres… Lo que soy serás”. 

Lapidario.

Decime y callate. 

Ahora o nunca. 

Acá, ya el presente, ya es pasado,

De olvido eres; sin futuro. 

¡Tripanofóbico me pone Sra.! 

¡Señorita, y se lo puedo asegurar!

Pero, pero, pero...

Ud. es un atrevido de mierda.

Yo, si.

Pero, pero, pero...

¿Quién es?

Otro, no.

¿Qué sabe?

Todo.

¿Dónde está?

En Dadalandia.

¿De qué vive?

De lo que sabe ignorar de mi.

¿Cómo es?

Así de culto.

¿Por qué?

Porque sí.

¿Para?

Dar.

¿A quién?

Nadie.

¿Algo?

Nada.

¿Cuándo?

Nunca.

¿Cuánto?

Mucho más.

 

Bienvenida al cráneo donde conviven el cerebro con la mente, el dueño y su inquilino, el mate y su palito de yerba; ese lugar donde se rebate el plano visual en profundidad, arriba de los dolores orofaciales, arriba del objeto de los rinólogos, entre auriculares periféricos, y abajo del cuello del útero. Por una cabeza de una burra, me volví un asno, por ese caminito, el farolito, la palomita blanca, eso Carlitos, hasta arriba, me fui del bar al cielo. Sabe que rondando en esa esquina, hay conflictos inmobiliarios, los del consorcio se reúnen todos los días con el propósito de desalojarlos, a ambos, perturbadores de la paz de este edificio, sito, en la calle Vergatiesa al 2658, esquina Pasaje La mía, entre Latuya y Conchabamba. Se sabe que Ud. le sirvió la copa al jardinero de ojos azules, diciéndose a sí mismo: “que viejo, que viejo rasquincho” y brindó por el lenguaje del tragaldabas al que le dio su palabra de hombre. Sin tensión. “Argot, trago grato”, y panícula, petequia, esas pretensiones lingüísticas epidérmicas, como la dermatóloga y “el jeringa”, un tipo hueco pero fino. Después en el reinado de las moneras, la pitiriasis psitacósicas, que qué se yo, que a mi hablame bien, vení vamo´a blá, que lo psicoanalista son iguale o peore que lo tordo, atiendan en Shan Ishidro o la capital, quien sabe qué, y demás cacareos cósmicos, ininterrumpidos, o sea, continuamente. Y dijo a sí mismo como así también a los demás: "se, se, se"…todo muy lindo pero los batracios de los charcos se burlaban cuando volvía del fiambrero, por los barrios por donde las polleras eran más que los pantalones y esa dijo 2 (dos) digo, veces, ese furcio lacaniano que te mandaste aquella vez en el seminario, y a eso digo 3 (tres), dijo, veces, las psicosis. La compulsión a la repetición, en la era de la banalización del mal por las groserías. Me llama, y me dice, dígame, me, le contesté socarronamente, así si, así no. Usted me está tomando el pelo y lo voy a agarrar hijo de una gran puta. ¿De dónde?  De los huevos. ¡Guarango! Que linda boca. Eh?

Así como vienen, se van. 

Así se fue, de sí mismo a ese Otro.