30 abr 2012

Opúsculos

Vive, no murió; cruza esa puerta y es víctima del gran encierro; ahora, si no entra, se hace el vivo.
Elvio le dice: Elga, yo pinto. Labios, uñas, párpados, paredes con pinturas Alba y culos al óleo.
Duramente, se la pasa releyendo, pulsiona, propulsa, presiona, pretende, pregona, no se ex presa.
Usufructúa, usura, usurpa, usa, unta, utiliza, unifica, une, ut. Uno más una, son igual a dos únicos.
Al final, todo sigue su curso ordinario, nadie ama nada, ni odia a todos. Términos intercambiables.
¡Qué ganas de perder el tiempo! tiene todo lo que siempre quiso aunque nunca pudo tener nada.
Poe está expuesto como un melalcoholista crónico de su propio delirium tremens ¡Es un amigazo!
Ese borracho incorregible, delirante, opiómano, maldito, maldecido, mesiánico; es su propio caso.
Un poeta de verdad cuando enloquece, traduce sus pesadillas en sueños, y viceversa, antagoniza.
No sabe si en la conjunción disyuntiva de su puta vida desea reputarse su libertad o su reputación.
De cualquier forma, despierto o dormido, es el que siempre fue, ese dadaísta de mierda, un loco.  
A mí me da la impresión de que es un grosero. No señora; es un excelente educador, da cátedra.
Vale la pena  a pesar de que aparece con su cara de cobre sonriendo en algunas monedas de plata.
No entiende, en qué cabeza cabe sino en la suya, por qué pierde a sus seres queridos en esta vida.
Quiere ser querido; más bien amado que deseado; aunque sospecha que pueden prescindir de él.
El día que me quieras será la noche que me odies. El dolor no es consolador, crece sin desarrollos.
Es tan así que no es asá, que patatín que patatán, que si que no, ni me viene ni me va ¡Que se yo!
De duelos, desamores, desengaños, desilusiones, depresiones, deshonras, desahogos, desprecios, desprendimientos, desaires, despedidas y demandas, Dadá se desentiende si la ley lo encuentra saltando paredes, trepando rejas, colgándose, o vendiéndose por lo que le cuesta su felicidad al precio del goce; encajando el mundo a la medida de sus placeres. Artificialista jamás; superficial imposible; nadador de aguas profundas, de fondo, si. Sin tocar, ni pianos, ni timbres; tampoco se hace el virtuoso consumiendo porquerías. Este tipo está bien mal, es malhechor de sus bondades. Hay que darle más y no echarlo de menos. Pura sangre, carne magra, huesos de marfil y dientes de carrara. Amémoslo.
Lo tomamos por bueno. Si lo ven desaparecer díganle lo que nunca pudieron:   _ _ _ _  sos un _ _ _ _ _.