25 sept 2011

Degeneraciones

La verdad no se dice con palabras, se nombra.
Ella habla en voz baja, musitando, acongojada,
grita en silencio, secretea mentirosa y no sabe.
Las escucho aunque no las pueda ver a los ojos.
Tanto dolor historiza lo que fue y lo que somos.
Hay una luz que resplandece para iluminarnos.
Tuve que conocerlas para verlas desaparecer.
Solo me quedan esos recuerdos que no pierdo,
aquellos tan míos que no se pueden compartir.
Tristemente, expreso lo que no les manifiesto,
abiertamente, tranquilamente. No estoy libre.
Interpretar su sin-sentido no es una exegésis,
trato de no ser tan barroco, pero no es sencillo.
Ahí ando, acomplejado por andar averigüando,
alanizando, apalabrando el goce, apartándome.