12 ago 2018

Orquidario

La mitad de las cosas dichas fueron ciertas y la otra mitad verdaderos aires…
El tiempo que todo lo consume como un fuego eterno que dejó las cenizas de nuestro amor volar con la brisa de una risa cuando el cenicero de piedra estaba colmado y al lado de la ventana que da al balcón desde donde contemplo el Río de la Plata.
Siempre regalé orquídeas el día de la primavera, siento que es duro el invierno para los que duermen en camas de hospital separadas.
Noche a noche me atormentaba el insomnio al imaginar que te perdía y que no tenía nada más, porque ya no eras parte de mis días y solo existían las flores.