6 sept 2016

Psicoanalistas medicados

Después de leer tantos artículos relacionados con el rendimiento académico y el abuso de drogas psicotrópicas, no puedo sacar conclusiones que fundamenten su uso, indicación y recomendación. El dosaje de 10 mg. en sangre es imperceptible y la dosificación en bajas cantidades son cosas distintas e infinitesimales; pero este no es el punto álgido de la cuestión que quiero traer a colación. El tema es el siguiente: Nos interesa tratar las adicciones y la hiperactividad con metilfenidato, sertralina y clonazepam. Vemos que los pacientes reaccionan violentamente si se le sustrae o se le suprime la química, sino se regula con una dosis de quetiapina, risperidona, o lamotrigina. No hay un chaleco químico que pueda garantizar que el adicto no consuma, ni se deprima y que pueda aplicar toda su energía en actividades vitales, en su gran mayoría son obsesivos compulsivos. Aún en las psicosis. Se puede controlar la paranoia, pero no el delirio ni la depresión. Este abordaje aproximativo a la problemática deja mucho que desear en cuestiones experimentales y condiciones económico-socio-culturales. Hay casos en los que la medicación no ayuda y la terapia no surte efecto para la supresión de síntomas, ni a largo, ni a corto plazo. Estos son los casos que nos llaman la atención, los que los profesionales que no tienen la más puta idea de lo que es la enfermedad mental no se animan a tratar. La articulación interdisciplinaria dicen que es la piedra angular de toque para la cura, esto no se da, y no se dará, y jamás se dio. Es una vergüenza que el sistema de salud tenga tantas deficiencias.