31 ago 2014

Lobotomía

Es una ablación sin hache de los lóbulos frontales del cerebro, que se sabe que deja secuelas irreparables en los pacientes que padecen estos procesos quirúrgicos. En general, tienen alteraciones en todas las funciones cognitivas y en la expresión de las emociones. La trepanación del cráneo es una tradición que data de tiempos remotos y se puede estudiar antropológicamente en diversas culturas, por ejemplo, la curación con curare, y otras hierbas en ritos de sanación no-medica, sino aborigen. En Europa, el Dr. Friederich Golz, alemán experimentó la extirpación del lóbulo pre-frontal en animales y parecía que los perros se amansaban y en suiza, Gottlieb Burkhardt, extirpó el cortex pre-frontal en algunos esquizofrénicos que aparentemente, según data la historia, se estabilizaron. Los casos experimentales del Dr. Freeman, fueron un recurso que afectó a unos 3.500 pacientes psiquiátricos con casos de psicosis crónicas, como última alternativa. La terapia electro convulsiva era benigna en aquello tiempos comparado con este proceso. Los psicoanalistas saltaron en contra de este proceso, por los efectos colaterales que dejaba en el paciente, la gran mayoría de los casos eran la parálisis; pérdida de control esfinteriano; hemiplejia; hemorragias, etc. En pocos casos, como una cantante, un violinista judío, y la propia hija de James Watts, quedaron turulatos, más o menos autistas. Con estados regresivos, falta de expresión y sensibilidad. Todo esto quedó en el pasado cuando se descubrió que el cortex cerebral, en el lóbulo frontal controla las emociones y el control de los impulsos. También es sabido que los esquizofrénicos tienen un deterioro en el lóbulo frontal, aunque para su diagnóstico este signo no es un síntoma patognomónico. La sedimentación de neuronas muertas que forman la placa amiloidea, está involucrada en las demencias tipo Alzheimer.