1 sept 2018

Lágrimas de oro


Llueve y el cántaro se rompe.
Alguien alza un canto al cielo.
Garúa, los transeúntes se mojan.
Ruido de magia, monótono, calmo.
Inunda y lava la maldad de tu alma.
Mueve el viento las ramas de mi árbol.
Arrasa con todo como un vendaval.
Silba el aire en movimiento un tono de re.

Deleznables nubarrones que se disiparon.
Ennegrecida noche, larga y atormentada.
Llovía, la jaula de agua abarrotándome.

Caían las gotas del cielo besando el suelo.
Inunda y tu alma se purga de todo mal.
En calma y en silencio, todo se calló.
Lamento de los dioses que lloraban.
Otra vez, el cielo está cerrado.