12 jun 2013

Informe Final

En el presente informe realizado durante la práctica profesional del residente en el Servicio de Salud Mental del “Hospital Centenario” en la localidad de Gualeguaychú, Provincia de Entre Ríos, se describirán detalladamente las actividades desarrolladas para la habilitación de su ejercicio profesional. El motivo principal por el cual el estudiante gestionó un convenio marco entre la Universidad de Palermo y la institución donde llevó a cabo su experiencia clínica en condición de residente, fue la posibilidad de asistir todos los días de 7.00 a 10.30, concurriendo 18hs. semanales, que por mes equivalen a 70hs. y al término de un cuatrimestre suman las 280hs.  La regularidad y frecuencia resultó conveniente para cumplimentar la carga horaria requerida para finalizar su carrera, y posteriormente terminada su residencia acreditarse las horas de servicio para una futura adscripción e inclusión laboral en la institución.
Las tareas más destacables de su función en el gabinete fueron:

1)      Asistir a las reuniones grupales de articulación interdisciplinaria con psiquiatría.
2)      Observar las intervenciones del jefe del servicio durante las entrevistas de admisión.
3)      Elaborar psicodiagnósticos presuntivos al concluir la primera sesión supervisada.
4)      Concurrir a la presentación de enfermos.
5)       Interpretar test proyectivos en niños durante la hora de juego diagnóstico.
6)      Tomar nota.

Respecto al nivel de satisfacción e interés del participante en las actividades antes mencionadas, fue trascendental para el afianzamiento en su decisión vocacional respecto al ámbito donde incursionó con su actividad laboral. Las dificultades en el transcurso de su formación práctica fueron a causa de las limitaciones legales para el ejercicio legítimo de la profesión debido a su condición de residente; es decir, la imposibilidad de ejercer plenamente todas las actividades de su competencia por respetar la ética profesional. En tanto, en lo que se refiere a los logros alcanzados durante el transcurso de la residencia, estos superaron ampliamente sus expectativas de aprendizaje. Tanto desde el punto de vista del residente como del personal que forma parte del servicio de salud mental del Hospital Centenario.
Los conocimientos previos adquiridos por el estudiante en su formación académica, coincidieron con la orientación teórico-práctica de los profesionales del Servicio de Salud Mental; esto facilitó el intercambio de opiniones y conceptos que surgieron de la práctica clínica, en la cual los psicólogos que integraron el grupo de trabajo tienen una formación orientada al psicoanálisis.
Dicho enfoque teórico favoreció la transmisión del saber y la enseñanza de la técnica, tanto dentro de la institución, como fuera de ella, por ejemplo, la integración del residente al grupo de estudio al que concurren dos veces por semana los psicólogos concurrentes para la supervisión de casos y la lectura de los textos fundamentales para su formación como psicoanalistas. Los textos estudiados fueron todos de Freud, y los escritos de Lacan. Típico seminario. Alrededor de 8 psicólogas del hospital para un psicoanalista. La clase costaba $50 para cubrir los honorarios del analista, tema arduo y escabroso. De parte del residente que concurría ad honorem para contribuir con sus aportes al servicio del sistema de salud del gabinete de salud mental, enriquecía, con agua mineral, yerba, cigarrillos; además de las 16hs. que se adjudicaron al tutor.
            Sobre la propuesta y el sistema de adscripciones, o sea, el reconocimiento de la institución para con el residente, resulta ser plausible en el futuro. Se adscribe al residente como profesional en condición de concurrente; una vez recibido, cumplimentando un mínimo de 6hs. semanales pasa a ser residente interino. Cada servicio tiene un cupo, ajustado al presupuesto con el que cuenta para contratar al personal; cabe destacar que más de la mitad de las psicólogas que concurren al servicio trabajan ad honorem, por el prestigio y por la experiencia que se adquiere al concurrir al servicio de salud mental.
A las reuniones del servicio concurre todo el personal de salud mental y dirigente, directivos, etc. Los debates y planteos giran en torno a reclamos administrativos, subsidios, plazas para el concurso de cargos,  jubilaciones pendientes, demandas, leyes, insumos, etc. Quien hace uso de la palabra en las reuniones es la Dra. Jefe del Servicio de Psicopatología.
Las charlas del personal son abiertas, se prestan para el debate, son extensas jornadas en las que se discute el porvenir del hospital, ya que es un tema de capital importancia, la planificación del hospital, por las refacciones y reformas edilicias actuales.

Conclusión

            La residencia es una experiencia de alto impacto, tanto emocional como psicológico. Permite tener un acercamiento aproximativo a la realidad. El trabajo del psicólogo en la clínica tiene sus limitaciones, por el hecho de la legalidad y el ejercicio supervisado por un tutor.
Respecto al sentido de la tarea, en este caso: las entrevistas de admisión, tienen un valor inestimable para la terapia, tanto para el paciente y su pronóstico, como para el terapeuta, por el hecho de ser un momento inaugural para ambos.
En el transcurso del aprendizaje durante este periodo profesionalizante; los prejuicios anteriores a la experiencia son devastados, la ansiedad aplacada, la inseguridad que generan las dudas, aclaradas y disipadas, a medida que el residente se integra a la estructura del organismo y entiende cual es su función como asistente y ayudante. Las competencias adquiridas durante la formación académica son de gran utilidad para el ejercicio laborar; más la tendencia en la experiencia clínica es ganar en la praxis lo que se pierde en lo teórico. La formación teórica no es en desmedro, ni en detrimento de la formación práctica; son formaciones complementarias. La articulación entre la teoría y la clínica es indispensable para la comprensión, el entendimiento y la elaboración de esta labor científica, universitaria y hospitalaria. Los conocimientos académicos son aplicables a la clínica y viceversa.
A modo de cierre, para no hacer de este informe una apoteosis interminable, es justo reconocer el profesionalismo del personal donde tuvo lugar esta residencia, y la excelencia de la Universidad que hizo posible esta experiencia.