Seda y percal,
Mucho maquilaje,
Nadan en sus ojos,
Entre el rímel,
Lágrimas de mercurio.
Dios es un hombre
Su hombre es Dios.
Provoca su boca
A morder,
El bocado,
Y terminar,
Devorando su alma.
Su cuerpo esbelto,
Es gimnástico,
Como un elástico,
Que cuelga de los hilos,
De un titiritero.