La
“Advertencia” del DSM-IV T-R: “Los criterios diagnósticos de la clasificación de los trastornos mentales,
no incluyen todas las situaciones que pueden ser objeto de la investigación
científica y social fuera de la clínica. La correcta aplicación de los
criterios nos limita.”
Antes de entrar en
temas sociales relacionados con el apartado de los trastornos de la identidad
sexual que se van a tratar, vamos a hacer una salvedad sobre el diagnóstico.
El diagnóstico de parafilia es
muy difícil de realizar con el DSM-IV. El diagnóstico es exclusivo del sexo
masculino y de su prevalencia en la población, sabemos que la mitad de los
casos que aparecen en la clínica con este trastorno son sujetos casados con
problemas maritales y la otra mitad, sujetos con problemas legales o
antecedentes judiciales por abuso sexual deshonesto, prostitución o pedofilia.
La sabiduría clínica sugiere que las perversiones son raras en mujeres. Este
punto de vista ha cambiado gracias a los resultados de la investigación
empírica de Louise Kaplan (1991) que demuestran que las fantasías perversas son
comunes también en las mujeres. Comúnmente el diagnóstico se le hace a sujetos
que tienen como característica esencial, fantasías sexuales de tipo excitantes,
que implican, durante al menos 6 meses (Criterio “A”) los 3 siguientes criterios
propuestos por el DSM-IV TR:
1)
Objetos no humanos = Inanimados = “Fetichismo”=
“Travestismo”
2)
La humillación de si mismo y la pareja
=“Sadomasoquismo”= Activo/Pasivo
3)
Niños y personas que no consienten = Exhibicionismo
/Voyeurismo/ Frotteurismo (contra la voluntad de la víctima) / Pedofilia
Subtipos,
especificaciones y procedimiento de tipificación:
“El estímulo preferido es específico y se
presenta episódicamente, por esto los individuos pueden escoger un “hobby” (por
ej. “Carnavalear”), hasta ofrecerse voluntariamente para trabajar en un oficio
en el cual pueden estar en contacto con el estimulo deseado. (Ej. Pintar
cuerpos desnudos, confeccionar lencería erótica y decorarla con lentejuelas
rojas y negras, trabajar en o para la carroza). Asimismo y de manera selectiva
pueden mirar, comprar y hasta coleccionar videos, fotos, recuerdos y todo el
merchandising que se imaginen para estimularse. Los individuos también son
capaces de funcionar sexualmente sin el fetiche. Para el exhibicionista, el
voyeurista, el frotteurista y la pedofilia tiene que efectuarse el diagnóstico
cuando el individuo ha satisfecho en el acto preverso su necesidad y encuentra
en la conducta desviada la única vía de descarga (distensión) de la pulsión
sexual (tensión) para la ganancia de placer. Las personas que tienen estos
comportamientos raros no padecen ni sufren malestar por ello, o sea que, las
fantasías son egosintónicas. El único problema es el conflicto social.
(Discriminación, segregación y renegación). Las relaciones sociales pueden
verse afectadas porque a la gente puede resultarle vergonzosa y hasta
repugnante. Si hay malestar clínico, social, laboral, académico significativo o
deterioro en las demás áreas de actividad del individuo, se diagnóstica
(Criterio “B”). No es raro encontrar más de una parafilia en un mismo sujeto. En
el Eje I del registro multiaxial se incluyen los trastornos clínicos y otros
problemas que puedan ser objeto de atención”. Estos son los códigos de las parafilias:
Síntesis diagnóstica incorrecta:
Ej.:
Eje I: “Trastornos de la identidad sexual” -F 65.0: “Fetichismo” (Emplea objetos
inapropiados “Criterio C”)
-F 65.1: “Fetichismo transvestista”
(con/sin disforia sexual)
-F 65.2: “Exhibicionismo” (exclusiva/no
exclusiva x ambos sexos)
-F 65.3: “Voyeurismo” (Contempla la
intimidad de Otros)
-F 65.4: “Pedofilia” (Interés por
infantes de edad pre-puberal)
-F 65.5: “Masoquismo” (Recibe
humillaciones; Placer = Dolor)
-F 65.5: “Sadismo” (Inflige
sufrimientos; Dolor = Placer)
-F 65.8: “Frotteurismo” (Viola por
contacto y roces)
-F 65.9: “Parafilia no especificada”
(Categoría “Residual”)
Ojo:
“Si hay más de una, hay que
diagnosticar todas”
Curso: Algunas parafilias pueden tener su inicio en la infancia, como en los
casos de fetichismo transvestita y sadomasoquismo; pero su desarrollo se define
y elabora mejor en la adolescencia, o en los primeros años de la vida adulta
cuando se comienza a practicar la actividad sexual perversa. El exhibicionismo
y el voyeurismo son desviaciones del instinto formadores de la constitución del
yo, aparece en las primeras vivencias sexuales de la infancia porque es
inherente a la disposición persa polimorfa
del sujeto infans. En un
primer momento la mirada aparece como sostén pulsional; la exposición del
propio cuerpo en los niños es algo natural, no es patológica, ni un vicio. Todos
lo individuos tienen fantasías, pero cuando por la intensidad de estas se
produce la alteración de la conducta y se
cronifica haciendo que el deseo del sujeto necesariamente dependa de una sola escena
o cosa en la que legitima o encuentra su goce, es una fijación perversa a la
que el sujeto vuelve en estados anímicos regresivos.
Respecto
a los síntomas asociados al trastorno, dependientes de la edad, el sexo y la
cultura: El “sex
ratio” es de 20 hombres por 1 mujer. El síntoma propio del frotteurismo se
manifiesta en la adolescencia, la prevalencia es entre los 18 y 25 años. Para
considerar la pedofilia como un trastorno el paciente debe ser mayor de 16 años
y su víctima o partenaire tiene que ser 5 años menor que el. No hay mucho más
en DSM. En rigor, la psicopatología como ciencia natural, no tendría que tomar
por verdadera la falacia lógica del relativismo que sostiene, que una
proposición puede ser verdadera para uno y falsa para otro. Relativismo
cultural es esto: lo que se considera desviación en una cultura puede resultar
aceptable en otra. Suponer afirmativo “Que la única verdad absoluta es que no
hay verdad absoluta” relativiza la realidad. La incidencia de los intereses y
perspectivas del sujeto en el saber científico objetivo, es cuestionable.
(Searl) Una crítica del construccionismo social a la supuesta objetividad del
positivismo, sostiene que más allá de la triangulación: “teoría, método,
objeto” y abarcándola está la “metateoría” fundamentada en la cosmovisión que
el científico tiene de la realidad, sus intereses, prejuicios y necesidades.
Todo lo que él, es, piensa y siente. (Ibáñez)
Diagnóstico
diferencial: Las parafilias deben diferenciarse del
uso de fantasías y objetos inanimados del comportamiento sexual que los sujetos
normales tienen para estimularse, es decir que deben compararse con las
fantasías y objetos “no-patológicos”. Exhibicionista no es el que por retraso
mental, demencia, cambio de personalidad debido a una enfermedad médica, como
es el caso, por ejemplo de la
incontinencia urinaria a causa de una vejiga neurogénica, tiene que orinar en
la vía pública, ni tampoco el que lo hace en estados tóxicos inducidos por el
abuso de alcohol o consumo de sustancias, ni el esquizofrénico que tiene una
descompensación en un episodio psicótico. Voyeurista no es el público que
asiste a un espectáculo cultural temático de arte erótico, como lo es, por
ejemplo, el carnaval (Del it. carnevale, haplología del ant. carnelevare, de
carne, carne, y levare, quitar, y este calco del gr. ἀπόκρεως)
de Rio de Janeiro o de Gualeguaychú, Entre Ríos.
El par
Exhibicionista/Voyeurista tiene un núcleo latente en las neurosis; por eso
tampoco es anormal una playa nudista institucionalizada por la hermenéutica del
lenguaje, como un escenario donde normalmente el turista anda desnudo. Lo mismo
con todos los demás subtipos. Mientras el escenario supuesto a la perversión
esté legitimado por el consenso social, la conducta por más perversa,
aberrante, grosera y desviada que pueda parecer, cuando está dentro de las
predicciones del contexto social, no es patológica hasta que se demuestre lo
contrario, y acá está el límite de la cuestión, ética y moral, de la supuesta
libertad y de la trasgresión al código social de la influencia dominante, donde
los criterios parecen una banderita en el horizonte.
“Moral
y ética”
“Las dos palabras son consideradas
corrientemente como sinónima. Ética deriva del griego “ethos”; la Moral ,
del latín “mos” y ambas significan costumbre, hábito”. En su significación más
antigua ethos indica la morada, el lugar donde se habita. La
Ética alude al planteo y tratamiento sobre los actos morales. La moral hace
referencia al “conjunto de prescripciones
admitidas en un tiempo y un espacio”. Nunca encontramos un grupo que
conviva sin una serie de normas, reglas o principios prácticos. Toda acción
moral, es acción social, en tanto que comporta un ingrediente axiológico
normativo que hace que los sujetos no permanezcan indiferentes frente a la
sanción que su conducta le provoque al Otro, como la sede del código, el que
aprueba o censura. Y ello se debe a que la ley moral, es decir, la norma ética
se impone a la conducta, los actos del sujeto como un “deber ser”. La esencia
misma de toda norma moral en el Otro, es, por un lado, su obligatoriedad, en la
medida que expresa el deber ser, y por el otro, la posibilidad de su violación,
en la medida en que se funda en el supuesto de la libertad.
Pocos trastornos
psiquiátricos están cargados con tantos matices moralistas como las parafilias.
Ninguna conducta puede ser calificada de moral si no es en relación a cierta
legalidad que está por encima de las leyes de la naturaleza. Así es como la
amoralidad, como la anomia, consisten en la ausencia de las normas éticas. La inmoralidad reside en la violación
de dichas normas por “minorías activas
innovadoras que oponen resistencia a las formas que han sido establecidas por
la mayoria conformista, conservadora de la homogeneidad de ideas, que obedece al
control social por la eliminación de las diferencias y la sumisión a la norma”
(Moscovici, 1976).
Para determinar que un individuo es anormal,
cuando se trata de sexualidades necesario establecer una norma clara del
comportamiento ¿Quién establece esta norma? ¿La mayoría pasiva o las minorías
activas? ¿La filosofía de las costumbres? ¿Acaso es la psiquiatría
psicodinámica moralista, la que cumple con la función superyoica de garantizar
para la supervivencia del ser humano, que se repita en la ontogenesis la ley
filogenética inconsciente inscripta en la mentalidad sexual de las neo-sexualidades en la actualidad?
McDougall (1986) con respecto a las relaciones de objeto de las
neo-sexualidades sugiere que la conducta sexual evoluciona de una matriz
complicada de identificaciones y proyecciones de los conflictos eróticos y
deseos de nuestros padres.
En un esfuerzo por
no ser peyorativo en su definición de parafilias, el DSM-IV ha sugerido
restringir el término solo a situaciones donde se utilizan objetos no humanos y
en la cual niños y adultos no consentidores están implicados. Para abordar la
patología y la predicción de las conductas del enfermo, en un continuo
determinado por la fantasía y la acción el DSM-IV tiene un espectro de
gravedad:
1)
Leves: Los trastornados por
fantasías irrealizables
2)
Moderados: Llevan sus urgencias a
la acción ocasionalmente
3)
Graves: Actúan repetidas veces en
parafilias compulsivas.
La terminología norteamericana propone una
desinfección de las connotaciones pecaminosas y desagradables que tiene el
concepto “perversión” para sustituirlo por el concepto “parafilia”. La
perversión de la teoría freudiana aparece en 1905 “Tres ensayos para una teoría sexual infantil” y supone una
desviación al acto sexual normal; existe cuando el orgasmo se obtiene por la
zona anal y cuando se subordina a condiciones extrínsecas (fetichismo,
transvestismo, voyeurismo, exhibicionismo, sadomasoquismo y la bestialidad. Dice: “Por razones estéticas, limitaría a los enfermos mentales ciertas
aberraciones de la pulsión sexual pero no me es posible, porque en las personas
considerados normales, en individuos considerados sanos también aparecen
conductas sexuales aberrantes…Son anormales sexuales muchas personas que han
seguido el desarrollo cultural, cuyo punto débil continuará siendo la
sexualidad”.
En el “Fetichismo. La sustitución inapropiada del
objeto sexual” Freud, agrega que es indispensable para llegar al acto
sexual normal un poco de contemplación y toqueteo. “El ocultamiento del cuerpo exigida por la cultura, mantiene despierta
la curiosidad sexual para su descubrimiento…puede derivarse hacia el arte
sublime cuando es posible arrancar el interés de los genitales y dirigirlos a
las formas con fines artísticos más elevados.” “Existen casos en que el objeto
sexual normal es sustituido por otro relacionado con el, o que tiene como
característica ser inapropiado para el fin sexual normal, esto es propio de las
conductas aberrantes con desviación respecto al objeto. El sustitutivo aparece
cuando circunstancias externas e internas dificultan o alejan la consecución
del fin sexual normal (impotencia, costo elevado del objeto, peligros del acto
sexual) favorecen como es comprensible, la tendencia a permanecer en los actos
preparativos convirtiéndolos en nuevos fines.”. Stoller sostuvo que el
individuo es perverso, cuando el acto erótico no lleva a la cópula, y no lo es
cuando se logra establecer una relación íntima y estable. En “Pulsión y sus destinos” (1915) ilustra
de forma ejemplar como los instintos y sus objetos están divorciados. La
pulsión es independiente del objeto. En las perversiones las fantasías se
vuelven conscientes y son expresadas como actividades placenteras. Freud
sostiene que “la neurosis es el negativo
de la perversión”, los síntomas neuróticos son manifestaciones que
representan una transformación de las fantasías perversas reprimidas; los
síntomas neuróticos son fantasías perversas desexualizadas. En la visión
clásica las perversiones pueden ser fijaciones o regresiones a formas
infantiles de sexualidad que persisten en la vida adulta (Fenichel) Algo de la
experiencia sexual infantil se desplaza a la consciencia. Un acto perverso se
vuelve un procedimiento fijo cuando está ritualizado como la única vía que
lleva al orgasmo genital. El factor decisivo que le impide al sujeto conseguir
el orgasmo en el acto venéreo es la “ansiedad de castración” Las perversiones
se asocian con la función de la negación de la castración femenina y el
mecanismo psicótico predominante es la “renegación”.
Freud respecto al sadomasoquismo, estimó la
complejidad de las dos perversiones clásicas y lo que hay de determinante
inconscientemente en el proceso de este par antitético que representa en el
siguiente cuadro. Digo perversiones clásicas porque el sadismo es un término
que se deriva del Marqués de Sade y el masoquismo invoca el nombre de Leopoldo
von Sacher-Masoch. Son conocidas las
aficiones amorosas de Masoch: jugar a hacerse la víctima, dejarse cazar, atar,
hacerse infligir castigos, humillaciones e incluso dolores físicos por una
mujer corpulenta, cubierta de pieles y con un látigo en la mano; vestirse de
criado, acumular fetiches, disfraces, formalizar “contratos” con la mujer amada
de turno, llegando si fuese necesario a prostituirla. Siendo niño presencia
disturbios callejeros y revueltas. En la
"Psicopatía Sexual" primer edición de 1886 Kraft-Ebing utiliza la
figura de Masoch para definir un comportamiento perverso. Kraft-Ebing, latiniza
el nombre de Masoch y lo transforma en "Masochismus" relacionándolo
con una serie de actos y comportamientos eróticos de perversidad sexual.
Sacher-Masoch protesta inútilmente contra la utilización de su nombre y él no
se reconoce en esa descripción de "perverso". Retornando a Freud:
A)
El sadismo consiste en la
violencia ejercida al objeto, contra el otro distinto.
B)
Este objeto es abandonado y
sustituido por el propio sujeto. Con la orientación contra la propia persona,
queda realizada también la transformación del fin activo del instinto en un fin
pasivo
C)
El masoquista es objeto de un
sujeto sádico. A consecuencia de la inversión de la polaridad Placer/Displacer,
se produce una regresión del yo a la fijación de la fantasía sádica primitiva,
en la que el yo se proyecta es el objeto activo y al identificarse con el
sujeto agresor, realiza el fin sádico de causar el dolor al otro en la realidad
psíquica.
“La investigación del otro par antitético de
los instintos, Exhibicionismo/Voyeurismo, cuyo fin es la contemplación y la
exhibición (escopofilia y exhicionismo en el lenguaje de las perversiones) nos
proporciona resultados distintos y más sencillos. Las fases son”:
A)
La contemplación como actividad
orientada hacia un objeto ajeno. La fórmula: “Uno contempla un órgano sexual = un órgano sexual es contemplado por
uno mismo”
B)
El abandono del objeto, la
orientación del instinto de contemplación hacia una parte del cuerpo de la
propia persona, y con ello la transformación en pasividad y el establecimiento
del nuevo fin: “Ser contemplado”; la
fórmula de la escopofilia: “Uno contempla
lo ajeno”
C)
El establecimiento de un nuevo sujeto al que
la persona se muestra para ser por él contemplado. “Un objeto puede ser uno mismo o parte de uno es contemplado por una
persona ajena”
La polaridad Actividad/Pasividad no
son dos caras de una misma moneda de escasa circulación. Son dos instintos
sexuales que están íntimamente relacionados con el par Masculino/Femenino =
Fálico/Castrado. A causa de la
Actividad /Pasividad, es decir, del patrón de la conducta
instrumental relacionada con la busqueda del placer en el mundo externo y la
descarga de la tensión, se deduce que el voyeur sufriría o gozaría de deseos
exhibicionistas inconscientes y que el exhibicionista tendría un núcleo sádico
y una identificación masoquista. Son distinguibles a nivel consciente, en el
proceso secundario, más regidos por el proceso primario resultan
complementarios y homogéneos. En el exhibicionismo según Fenichel, el sujeto al
exhibir y exponer sus geniales a mujeres o niñas extrañas se reasegura que no
está castrado. La reacción de shock que produce en el Otro, le da un
sentimiento de poder respecto a la víctima del sexo opuesto; sentimiento que le
ayuda a hacer frente y elaborar la angustia de castración. Estos actos,
típicamente pueden seguir, cuando el ofensor
se sintió humillado por la mujer; tras esto el sujeto se venga
escandalizando a desconocidas. El acto exhibicionista de descubrir el Falo en
sus tres dimensiones llama la atención porque, revela la posición, el ratio del
deseo del sujeto respecto a su sexualidad. El sentido del síntoma, es para el
sujeto egosintónico.
La cara opuesta, el voyeur también está
implicado en la violación de la privacidad de una mujer desconocida. Fenichel
vinculó la tendencia a una fijación en la escena primaria infantil en la cual
el sujeto presencia o escucha las relaciones sexuales de sus padres
sadomasoquistas. Ambas estructuras psicopáticas tienen conductas agresivas
articuladas en los bordes corporales de las zonas erógenas, bucal y anal y en
la escopofilia, en la mirada del ojo morboso. Mitchel (1988) observó que ambos,
tanto el exhibicionista como el voyeur tienen una cualidad en común, esencial y
típica de todas las perversiones: “Una dialéctica entre superficie y
profundidad, entre lo visible y lo invisible/oculto, entre lo expuesto y lo
retenido”. El travestismo desde una perspectiva psicoanalítica implica la
noción de una madre fálica y se interpreta mejor cuando tiene su causa en la
infancia y de manera más apropiada remitiéndonos al concepto winnicotteano del
espacio transicional. Desde el punto de vista clínico, Freud ha demostrado, como
el fetichista transvestista encontraba en su fetiche un objeto substitutivo del
falo materno cuya ausencia reniega y que el sujeto se identifica en el acto de
travestirse con la madre que no está castrada. En el DSM, tropezamos con un
concepto la “autoginefilia”; significa que el travesti heterosexual tiene
representaciones sexuales en las que se imagina a si mismo como mujer. En la
experiencia freudiana en el análisis de la psicosis del presidente Schereber
también aparece la “autoginefilia”. Freud entonces, propone que lo perverso de
la actividad sexual cumple con 3 criterios:
1)
Se focaliza en regiones no
genitales del cuerpo. (Parcialización. ej. pies)
2)
En vez de llevar al coito con su
partenaire, la sustituye. (Aberración, desvía)
3)
Tendencia a ser una práctica
exclusiva de un individuo. (No grupal, íntima)
“Nuestra sociedad históricamente legitimó una concepción
de sexualidad única, normal, sana y legal que se contraponía a cualquier otra
concepción de sexualidad. Esta noción niega la evidencia de la existencia de
sexualidades diversas y diferentes orientaciones sexuales e identidades de
género. Desde la religión y la medicina se ha intentado definir y disciplinar
la sexualidad clasificándola en dos sexos. Se han establecido códigos binarios,
basados supuestamente en la inapelabilidad biológica, instituyendo jerarquías y
desigualdades, que han sido consagradas como legales a través de la normativa
estatal, negando el derecho de identidad sexual a un número considerable de
seres humanos que no pueden ni quieren ser encasillados en este orden, ya que
reconocen una diversidad de diferentes orientaciones sexuales.
La
identidad sexual se construye a través de un complejo proceso en el que operan
una multiplicidad de variables en la historia de los individuos, que no es
objeto de este Plan discutirlas. Sin embargo, es preciso reconocer que existe
en nuestra sociedad un espectro de diferentes expresiones de la sexualidad:
gays, lesbianas, bisexuales, homosexuales, travestis, transexuales,
transgénero, intersexuales, etc. En todo
caso, con el objeto de evitar prescripciones taxonómicas, nos referimos a una
diversidad de orientaciones e identidades sexuales.” (INADI,
2000).
El DSM no incluye datos que asocien cuantitativa o cualitativamente la
relación del fenómeno del travestismo y la prostitución. Por esta razón, en este
agujero, donde peca el sistema norteamericano voy a articular el real de la
situación de Capital Federal, que en su instancia suprema límite, es
representado por la ley. Para dejar atrás la sexualidad del siglo XIX, es
necesario plantear como está la cuestión en el ámbito legislativo en los
comienzos del siglo XXI. ¿Sigue siendo obsceno un trava mostrando las tetas
parado en Godoy Cruz, en los bosques de Palermo, o en las puertas de
Constitución? Si. Sigue siendo un acto obsceno porque el lugar es inapropiado.
La calle es la vía pública y por la vereda puede circular o parar, gozando del
libre albedrío, cualquier ciudadano. Cuando digo cualquier ciudadano, estoy
mintiendo. Según lo que dictaminó el Juez Marcelo Vázques, no es obsceno que un
travesti haga sus exposiciones en la vía pública como tampoco es un delito que
circule en ropa interior. No existe el delito por “Exhibiciones obscenas”, por
lo tanto no hay condena, ni castigo. Al operar la ley 333, de la ley Orgánica
de la Policía Federal artículo 5to., inciso 1ro, se autoriza a la
fuerza a "detener con fines de identificación, en circunstancia que lo
justifiquen y por un lapso no mayor de veinticuatro horas, a toda persona de la
cual sea necesario constatar sus antecedentes". La fuerza policial, cuando
procede a la averiguación de los antecedentes, interviene en el núcleo del conflicto
y abreacciona el afecto reprimido que el travesti o transexual tiene con su
identidad. Las personas travestis y transexuales sufren un serio problema con
la documentación de carácter nacional que sirve para la identificación de las
personas, este es que no se reconoce su identidad de género y son obligadas a
cortarse o atarse el pelo, lavarse la cara, cambiar de ropa, etc. Para la ley
Argentina
las personas transexuales y aquellas que adaptaron quirúrgicamente su sexo no pueden cambiar la identidad en sus documentos. La negativa judicial a modificar la documentación provoca en lo cotidiano situaciones de un alto grado de dramatismo: Imposibilidad de conseguir una salida laboral, negación de los más elementales servicios de salud, etc. Enla Argentina , la vigencia de la Ley 17.132 (Ejercicio de la Medicina , odontología y
actividades de colaboración), en cuyo artículo 19 inciso 4to. establece que los
médicos están obligados a "No llevar a cabo intervenciones quirúrgicas que
modifiquen el sexo del enfermo, salvo que sean efectuadas con posterioridad a
una autorización judicial". En Argentina, no existe todavía una legislación nacional que proteja y
ampare a las personas gays, lesbianas, travestis, transexuales y bisexuales.
Hubo una modificación de la ley antidiscriminatoria nº 23.592 hecha por los
legisladores de De la Rúa ,
para la plena inclusión de la orientación sexual e identidad de género como
categoría en la Ley
22.155. Los artículos que usa el código
en contra de los perversos son:
las personas transexuales y aquellas que adaptaron quirúrgicamente su sexo no pueden cambiar la identidad en sus documentos. La negativa judicial a modificar la documentación provoca en lo cotidiano situaciones de un alto grado de dramatismo: Imposibilidad de conseguir una salida laboral, negación de los más elementales servicios de salud, etc. En
-Artículo 92, que penaliza a quienes “en la vida cotidiana se vistan o
se hagan pasar por personas del sexo contrario, dificultando su identificación,
afectando la buena fe pública.”
-Artículo 68, que penaliza “a la prostituta o el homosexual que se
ofreciera públicamente, dando ocasión de escándalo o molestando o produjere
escándalo en la casa que habitare.
Bibliografía
consultada:
- “DSM-IV-TR®”;
Ed. Masson
-
“Introducción a la lógica y la filosofía”; Vicente Fatone; Ed. Kappelusz
-
“Pulsiones y sus destinos” S. Freud; Ed. Hyspamérica
-
“Psicología de las minorías activas”; S. Moscovici
-
“Psiquiatría dinámica en la práctica clínica”; G.Gabbard; Ed.Panamericana
- “Diccionario
de Psicoanálisis”; Laplanche y Pontalis