Respecto a la metáfora y la metonimia de los tangos poéticos
de aquellas líneas malversadas a chorro, el furcio enfatizó la infracción de la
figura impresionante; delata el lapsus, es parte de la psicopatología de la
vida cotidiana. Freud se aferró a eso para no torcerse sin aflojar, después la
forma, sin estructura, no hubo nada. De ahí en adelante, se trastornó. De
antemano la nosología del psicoanalista era otra, aparte, no solo no era
funcional, pivoteaba, velaba, se escurría, tenía cintura, por eso no movió la
estaca de los gitanos, obturando orígenes. Cuerpo de Cristo. Amen. Uno anda por
Honduras, para ver como la casa de Carriego derruida se deshace en cultura y
los libros se llenan de piojillos filántropos, bibliotecarios muertos, poetas
suicidas, por eso uno no da ni las gracias cuando Palermo, el barrio de Borges,
no es sino otra cosa que un trago amargo en honor a una cervecería como la de
Bieckert. Se sufre mucho por nada, y sin embargo es todo para algunos que dan
vueltas a la cosa, sin hablar. El contorno del agujero está basado en un dios
que hace trampas en el mus. Salir a comer afuera no solo es un privilegio, sino
un arte del fuego. Se nace porque se hace, la vida replica la muerte. Hablando
del pucherito rico, la cuenta no se pide, viene cobrarse, la propina no se calcula estimando, se da sin escatiar y los
sueños imposibilitados de un barón; por eso hay que saber sobre el robo de una voluntad; la
“asintomatología” y el llanto
histérico no tiene caso y para peor, no hace caso, que no es gracioso sino
violento el cachetazo, pero hay un castigo anticipado para el carácter absolutamente voluptuoso,
inviolable la frontera y sinvergüenza. A tirar reyes se ha dicho, que los ladrones
desenmascarados digan de donde dar de aquella baraja, son un clan clonado o una gran familia que tiene
sus desmembrados explicantes teólogos,
porque nicomaquearon el destino,
movieron el suelo y la locura se embotelló. Sino el juez irreverente, malparido,
martilla, manda. La joya de la mujer es la comida; parte de un fetiche insaciable
del dinero que lo guarda bien adentro de la cocina. El afano debe provenir del afán, o del alma fun, de hecho existió un comic , existió: “afanancio”.
Rómulo le dio permiso al arribista caminero, no fue algo inglaterraqueo. Nunca supimos quien escribió Robin Hood. Esa
colaboración anglosajona nos hace preferir ser más tanos que alemanes. Alquitrán
y plumas, marca el valor del castigo por el crimen miserablemente afrancesado.
El agua no se mastica y el vidrio no se come, pero los rusos son capaces.
Contrabandean caballeros mafiosos, del hampa la trampa, fraudianos. Le dejaremos una verdad concatenada al quitante,
sustractivo, restador, chupóptero, infinitamente adjetivado.